Opinión
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Con la exagerada y desproporcionada deuda del ayuntamiento de Rincón de la Victoria que tiene al Equipo de Gobierno atado de pies y manos. Ya lo dijo hace poco para este periódico el concejal de Medio Ambiente, José María Gómez, “primero se paga la deuda a los bancos, luego a los trabajadores, luego a los proveedores y con lo que queda se mantiene el municipio”. Con estos mimbres sólo se puede hacer este cesto. Así, el Gobierno municipal ha puesto la mirada en la tarta de los impuestos, ya que creciendo de número de habitantes se aumenta también el coeficiente que aplican las administraciones para financiar a los ayuntamientos.