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  • Diario Digital | viernes, 11 de octubre de 2024
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“Todo o nada”. Presupuestos participativos.

Desde hace unos años en que los procesos de colaboración o colaborativos aparecieron, es ya un hecho que llegaron para quedarse, ya no sólo como un concepto inherente a la innovación sino como una filosofía de trabajo para obtener resultados más adecuados a las necesidades de las personas.

Delphos activa el I Plan de Formación para desempleados mediante los Presupuestos Participativos copia
Delphos activa el I Plan de Formación para desempleados mediante los Presupuestos Participativos
“Todo o nada”. Presupuestos participativos.

De la misma forma, los procesos colaborativos y de cocreación han llegado a la democracia para hacer una política más participativa y menos déspota, como mecanismo de fiscalización ciudadana de los presupuestos y del uso que se da a los impuestos, si bien es cierto que a nivel nacional parece que todavía quede “un mundo” para que la política participativa sea un hecho, se cuente con los ciudadanos en la política general y no cada cuatro años con promesas de “vamos a hacer y vamos a crear”.

En Rincón de la Victoria, los presupuestos participativos están siendo una herramienta ciudadana muy útil “para conseguir” resultados en demandas que los ciudadanos llevaban más o menos tiempo pidiendo. Nos encontramos que a través de esta herramienta participativa se realizan inversiones de pavimentado, eliminación de barreras arquitectónicas, mejoras en la biblioteca de Benagalbón (tejado, insonorización, sustitución de ordenadores), creación de huertos ecológicos, adaptación y mejoras en parques infantiles; actividades como la creación de la escuela de teatro, cursos para jóvenes, mayores y desempleados, clases de refuerzo para escolares; y otras acciones como el festival Cortoben, un plan estratégico para Rincón y la promoción de la Cueva del Tesoro.

Sin embargo, este proceso ha servido para poner el acento en la incapacidad de los concejales del Ayuntamiento para realizar su labor, ya que se ha conseguido hacer más con menos, más que toda una concejalía con su presupuesto, porque a nadie se le escapa que todas estas acciones recaen sobre alguna concejalía con presupuesto para llevarlo a cabo (Urbanismo, Formación, Cultura, Medio Ambiente), lo que demuestra que nuestros concejales o bien son unos incompetentes o han fallado estrepitosamente al medir la temperatura de las necesidades de los ciudadanos o bien están más preocupados con sus crisis de gobierno y de “pillar” al de al lado, de “no hacer por si acaso”, desconfiando de todos,  que en gestionar el municipio para sus vecinos.

Podrían escudarse en que el presupuesto de las concejalías es para las grandes acciones, pero tampoco, porque la única en marcha, la piscina cubierta, viene de atrás; el mercado de abastos sigue compartiendo el sueño de los justos; y tanto el Instituto y el consultorio de Torre de Benagalbón, necesidades reales e imperiosas esperan en Sevilla como espera Penélope, con su bolso de piel marrón, sus zapatos de tacón y su vestido de domingo, esperando que llegue el primer tren meneando el abanico.

Visto lo visto estos días, y que no habrá acuerdo para sacar adelante los presupuestos municipales de 2017, más valdría que todo el presupuesto de las distintas concejalías se transfiriera a los presupuestos participativos, pero primero pediría que los representantes del grupo motor, que, a pesar de tener algunos de ellos vinculaciones con partidos políticos, no lo hicieran a título personal –insisten ellos, sino elegidos por los vecinos –igual que se eligen los proyectos, demostrando así verdadera voluntad democrática y representatividad ciudadana. Sin embargo, me pregunto si ¿no es para todo esto para lo que se vota a los concejales y para lo que se les paga: escuchar a los vecinos y gestionar el presupuesto? ¿Quizá comienzan a sobrar concejales en Rincón de la Victoria?