Tensando la cuerda
Cuando hay que repartir un gobierno entre tres partidos hay que dividir muchas cosas. Es parte de las negaciones de los nuevos tiempos en los que el bipartidismo y las alternancias parece que se han acabado. Además, como casi todo en la política de los últimos tiempos, todo es difícil, y claro, no lo iba a ser menos con un tripartito.
Pero si hay un partido que destaca por poner las cosas difíciles, ése es Ciudadanos. Por supuesto, un partido político tiene toda la legitimidad para defender su postura política. Digamos que si además, aún siendo la cuarta fuerza política, se ve indispensable, puede tensar la cuerda, disputando concejalías a partidos de la primera y la tercera fuerzas políticas. Tanto ha sido así que Rincón de la Victoria ha sido uno de los que más ha tardado en alcanzar un acuerdo de gobierno, no el que más, pero sí uno de los que más lo han hecho.
Hasta aquí podríamos decir que forma parte de la legítima lucha política. Sin embargo, ¿qué sucede cuando esta lucha política se traslada al terreno más mundano de pedir un cargo de confianza y un despacho? Si se tensa la cuerda también por un cargo de confianza y un despacho, parece ya excesivo, porque ¿qué será lo siguiente?
La ambición de la concejala de Ciudadanos y segunda Teniente de Alcalde, Elena Aguilar, ha llegado hasta el punto de arrebatarle el cargo de confianza a Por Mi Pueblo, que le correspondía por ser la tercera fuerza. Recordemos que Ciudadanos quedó por detrás de Por Mi Pueblo en las pasadas elecciones municipales y aún así Gómez Muñoz es cuarto Teniente de Alcalde. Además, los presupuestos de Rincón de la Victoria sólo daban para tres cargos de libre designación (lo que comúnmente llamamos cargos de confianza). Dos han sido para el Partido Popular, y el tercero ha ido a parar para Ciudadanos. Por cierto, todos ellos envueltos de un halo de misterio y secretismo, por lo que habrá que empezarlos a llamar cargos de libre designación secreta.
En el reparto de despachos que corresponden a los grupos políticos municipales, esta tensión a punto ha estado también de costarles el suyo a Por Mi Pueblo. La incansable carrera de la concejala de Ciudadanos hacia el poder municipal, y sobre todo, por querer estar por encima del partido de José María Gómez, vuelve a tensar la cuerda. Sólo una dosis de realidad, la que han dado las urnas, ha puesto de momento las cosas en su sitio.
Ahora, Por Mi Pueblo tendrá que esperar a los siguientes presupuestos para tener el cargo de libre designación (cargo de confianza) que le correspondía y del que Aguilar les ha privado.
La legislatura acaba de empezar y todos estos ramalazos de protagonismo van a ser constantes porque están en el ADN de la formación naranja local. Y es que aunque el equipo de gobierno vote en sintonía con lo pactado, Ciudadanos continuará con sus discursos de partido como nos ha tenido acostumbrados en los últimos dos años, porque como decía Paco Umbral, parafraseado, “yo he venido aquí a hablar de mi libro”. O mucho cambia el talante del grupo municipal Ciudadanos o todo apunta a que van a ser cuatro años muy tensos y muy solitarios para la formación que lidera Elena Aguilar.