El equipo de gobierno ha sacado pecho a la vuelta de Fitur autocalificando su presencia en esta feria internacional como ‘sobresaliente’. Sin embargo, nuestros gobernantes locales han olvidado darse una calificación por el incumplimiento en tiempo de la aprobación de los Presupuestos Generales del municipio y que ha causado que Rincón de la Victoria comience 2022 con los presupuestos de 2021 prorrogados.

Quizá, junto con el Plan de Ordenación Urbana, los Presupuestos municipales son el documento más importante de una administración local ya que marca el rumbo económico del municipio: cuánto y en qué puede gastar, y los ingresos previstos para financiar el gasto.

Según el Artículo 169 del Real Decreto Legislativo 2/2004, de 5 de marzo, de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, la aprobación definitiva del presupuesto general por el Pleno de la corporación habrá de realizarse antes del día 31 de diciembre del año anterior al del ejercicio en que deba aplicarse.

El equipo de gobierno celebrará un pleno extraordinario el día 8 de febrero para presentar el documento y dado que son necesarios 15 días de exposición pública para alegaciones y de máximo un mes para resolverlas, muy probablemente no haya aprobación de presupuestos hasta muy avanzado el mes de marzo.

El alcalde de Rincón de la Victoria y presidente de Diputación, Francisco Salado, no ha dado explicaciones sobre este retraso en la presentación de los presupuestos con lo que deja el campo abierto a todo tipo de especulaciones que llegan desde ámbitos políticos y sociales, y que van desde las discusiones por el control de un tercio del presupuesto por las concejalas de Ciudadanos, la ausencia del propio Salado en las cuestiones cruciales del municipio, o la pérdida de ingresos por plusvalías que compensar con ingresos de los fondos incondicionados del Estado y de otras entidades.

Cabe esperar que en el Pleno Extraordinario del próximo 8 de febrero, la oposición afee al equipo de Gobierno, y con razón, la presentación de los Presupuestos municipales y le pida, incluso, una calificación. El suspenso está asegurado. El tono está por ver.