De participación, páginas web y puertas traseras
La participación ciudadana ha llegado a Rincón de la Victoria para quedarse: se convocan asambleas, se definen grupos motores, se reserva dinero del presupuesto y se crean páginas web.
Sí, páginas, en plural. Como parece que no es suficiente con la recién estrenada del ayuntamiento, se crea una nueva página para la participación: http://participarincondelavictoria.lol, que si se fijan, cualquiera diría que sus creadores se quieren reír, no sé si de los vecinos, o es que algo les hace mucha gracia o es una tomadura de pelo. No hay más que fijarse en el dominio “.lol” que es el acrónimo que se usa en los chats para decir “Laughing out loud”, entre otras parecidas, y que significa “reírse en voz alta” o “reírse a carcajadas”. Y como de “güebs” va la cosa, en la última asamblea para hablar la Feria de La Cala del Moral, presentan la página para votar, con el nombre ga.rincondelavictoria.es. Una de dos, o está todo muy abierto a dos semanas de la Feria, lo que demostraría una gran irresponsabilidad tratando de organizar una feria de ese calibre en tan poco tiempo, o en realidad ya está bien cerrado y esto es tan solo una pantomima en la que todo está decidido a propuesta del Equipo de Gobierno para votar aquello que te dan para votar. En mi opinión, parece más lo primero, una tardía irresponsabilidad, puesto que a preguntas de la sala, los temas de seguridad los tenían poco pensados; ni tampoco temas como transporte y aparcamiento, que tienen en pie de guerra a algunos hosteleros.
Sin embargo, el pensamiento de que está bastante cerrado y pensado antes de llevar las cuestiones a las asambleas cobra fuerza cuando se lee el Reglamento de Participación Ciudadana y que, abierto a interpretaciones, se podría resumir de la siguiente forma: “presento proyecto pero como voy tarde en ejecución, elijo el proyecto que me conviene. Hago de moderador y dirijo a los pocos participantes para que salga mi proyecto. Lo llevo a votación. ¿Lo votan 2.500 personas? En caso de sí, lo llevo al técnico municipal que tiene voto de calidad para decidir si se hace o no. Si no hay 2.500 vecinos, voy a los institutos porque aquí los chicos y chicas de 16 años también pueden votar. ¿Tengo ya los 2.500 votos? Si sale sí, el técnico decide. Si sale que no, o no hay 2.500 votos, el concejal de turno decide seguir adelante con el proyecto en base a su criterio, conveniencia o interés público, y pasa al técnico municipal”. Es un procedimiento plagado de puertas traseras.
En realidad, que la participación ciudadana haya llegado para quedarse es extremadamente positivo. Lo que no es tan positivo es que se fuercen y perviertan los procesos y los plazos por intereses políticos y por quedar bien en la foto, porque este año el Equipo de Gobierno ya va tarde, no consigue encantar a los vecinos y está forzando los procesos, llevando la maquinaria propagandística incluso a la población infantil creando un Consejo de niños y niñas, y que roza el adoctrinamiento.